“El pabellón del río quedó roto: los últimos tentáculos
de las hojas se prenden y hunden en la orilla húmeda.
El viento atraviesa la llanura parda, sin ser oído. Las ninfas partieron.”
Dulce río, fluye suave, déjame acabar mi canción.
“…A orillas del Leman me senté a llorar…”
La tierra baldía. T.S. Eliot
350 millones de metros cúbicos de lodo, lava y piedras arrasaron Armero. Había 4500 casas, quedaron 90 a la vista y en pié. El río sigue ahí.